El papel de María en la formación de un cristiano maduro
Una lectura de María desde el mundo afroamericano
Palabras clave:
María, Madre, Formadora, Adultez, Madurez humanaResumen
Nadie nace “plenamente humano”. “Se va haciendo humano” conforme se construye la armonía necesaria entre el mundo instintivo y el mundo racional; en la media en que el Yo sicológico logra la madurez suficiente para responder, equilibradamente, a su herencia animal y a su programación racional. Esa madurez individual colabora con la madurez corporativa. Por consiguiente, la perfección o adultez corporativa depende de la perfección o adultez personal. El cuerpo social o comunitario se compone de todas las corporalidades personales o individuales. Cada una le aporta sus propias cualidades o defectos al cuerpo social a donde pertenece. Por esa razón, la misma sociedad reconoce, oficialmente, el valor de quienes desempeñan el papel de padres o educadores cuya finalidad es formar en la “adultez humana” a quienes están haciéndose personas, creciendo en humanidad, con el objetivo de llegar a ser adultos dentro de esa realidad corporativa denominada sociedad. En la vida de Jesús, su primera pedagoga es María de Nazaret. Es necesario conocer su rol para comprender al Jesús humano. Ella, María, la madre de ese “varón maduro” será la madre ideal para los pueblos afrodescendientes que están en la búsqueda de su madurez histórica.